Guardia pagó su tarjeta de crédito con el dinero robado y se entregó
DIEGO CASTRO
Mientras el guardia de seguridad que robó US$ 50.000 se entregó ayer, los investigadores interrogaban al efectivo policial que cumplía servicio 222 en la sucursal bancaria, para aclarar si tuvo algo que ver en el robo.
"Vengo a entregarme. Fui yo el que se llevó la plata del banco", dijo J.D.C.C., el guardia de seguridad del HSBC de Punta Carretas. Era cerca de la una de la madrugada cuando el trabajador, de 38 años de edad, llegó hasta la Seccional 2a. de Policía a entregarse.
Una llamada, realizada desde un teléfono público y rastreada por los investigadores, permitió ubicar la vivienda del guardia: una pensión en la zona céntrica, donde también vivían su esposa y la hija de ambos.
Sobre la ubicación de la pensión, investigadores del caso mantenían hasta ayer un profundo hermetismo. Solo informaron que estaba ubicada en el Centro.
Los efectivos policiales se dirigieron hasta la pensión e interrogaron a la esposa para saber donde estaba el hombre, hasta ese momento prófugo. Pocas horas después, el guardia se entregó.
De inmediato fue interrogado por los efectivos de investigaciones de la 2a. Zona, sobre el destino del dinero robado. En principio respondió con evasivas diciendo, entre otras cosas, que había arrojado la bolsa con la totalidad del dinero hurtado en el Club de Golf.
Sin embargo, a primera hora de la mañana, confesó que el dinero estaba en la pensión en la que vivía. Orden de allanamiento mediante, los efectivos fueron al lugar y encontraron el dinero y detuvieron a su esposa y a la hija, en calidad de indagadas. Sin embargo, el hombre las desligó del hecho.
Del total del efectivo, apenas faltaban $ 22.000. Según dijo el guardia a la Policía, con ese dinero pagó su tarjeta de crédito y algunas otras deudas.
Más allá que el propio detenido declaró que no planeó el robo, los investigadores interrogaban ayer, a última hora, a un efectivo policial que cumplía el servicio 222 en el banco y que, tras el robo, desapareció.
El guardia, por su parte, declarará esta mañana ante la jueza de 14° Turno, Helena Mainard, tras declarar a la Policía durante toda la jornada.
Según dijeron investigadores del caso, durante el interrogatorio de ayer en dependencias policiales, el guardia, devenido en delincuente, dijo que no planificó nada, simplemente "vio servida" la oportunidad de hacerse con el dinero y dejó a sus compañeros encerrados en la bóveda del banco.
Por su parte, los trabajadores de la empresa de seguridad y del propio banco dijeron a la Policía que cuando el guardia cerró la puerta de la bóveda, pensaron que se trataba de una broma.
Pero cuando lo vieron salir con la bolsa de dinero, dos armas y un handy, se dieron cuenta de que "la mano venía en serio" y dieron aviso a un policía que estaba afuera.
El guardia salió por la puerta de servicio de la sucursal bancaria y no se volvió a saber nada de él, hasta la madrugada, cuando se entregó.
A última hora surgieron versiones que indicaban que el guardia habría dicho que el policía que realizaba tareas de 222 en el banco, había planificado el robo junto a él.
A la hora en que surgió esta versión, el policía estaba siendo interrogado por los investigadores del caso y negaba enfáticamente su participación en el robo.
ANTECEDENTES. Tras ser detenido, la Policía se topó con una sorpresa: el guardia de seguridad aparecía con dos antecedentes penales: uno por receptación y el otro por suministro de estupefacientes.
El tema cobraba relevancia en el momento, ya que el Registro Nacional de Empresas de Seguridad exige que los guardias estén libres de antecedentes penales, más aun si están armados, como era el caso.
Sin embargo, desde Unicom (Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior), se explicó que el guardia estaba "limpio".
"Hubo un error involuntario desde el Juzgado de Flores. Quien tenía los antecedentes dio otra cédula, cambiando algunos números de su documento, que quedó igual al de este hombre", dijo Fernando Gil, vocero de Unicom.
"Las huellas dactilares confirmaron que este hombre no tenía antecedentes penales", acotó.
ASOMBRO. Compañeros del detenido, tanto de la empresa como del banco, expresaron su incredulidad ante el hecho ocurrido el jueves.
Ninguno quiso ser identificado, pero todos coincidieron en que el trabajador era "cumplidor con su tarea" y "muy buen compañero". Llevaba dos años cumpliendo su labor en el banco.
"Uno ve lo que está afuera, pero no lo que pasa por la cabeza de cada persona", expresó uno de los compañeros del guardia detenido.
Un empleado del banco indicó que "este hombre gozaba de total confianza y eso es lo que más nos asombra de toda esta situación. Cuando vos mirabas a todos los empleados de seguridad, en el último que podías pensar que haría algo así era él". J.D.C.C. estaba en la puerta de entrada a las oficinas bancarias, al lado de los cajeros automáticos.
Su tarea era vigilar a quienes entraban en el local y pedirles a los que usaban gorro y lentes oscuros que se los quitaran, así como solicitarles que apagaran los celulares.
Millonario robo a banco se recuerda después de 16 años en Los Cerrillos
El viernes 3 de agosto de 1996, el portero del BROU de Los Cerrillos, Jorge Sánchez Silva, concretó un robo millonario, con características cinematográficas, que se recuerda como "el robo del siglo" en esa localidad canaria.
Tras cavar pacientemente durante varios meses un túnel desde su casa, contigua al banco, aprovechó el feriado por los festejos del centenario de la ciudad, penetró en la bóveda de la sucursal bancaria y se llevó una cifra cercana al medio millón de dólares.
Tras entregarse poco después, Sánchez dijo que el dinero se lo habían "robado" de una bolsa que había colgado de la rama de un eucalipto mientras dormía a la intemperie. La policía nunca creyó esta versión
A los cuatro años de estar preso, comenzó a tener salidas transitorias y en 2004 fue dejado en libertad, tras cumplir su pena. Sánchez se fue del país y nadie volvió a saber de él.
En septiembre del año 2011, esa misma sucursal bancaria fue protagonista de otro robo. Varios delincuentes rompieron y desguazaron el cajero automático que había sido instalado un par de meses antes. Por este caso, aún hoy sus autores permanecen prófugos.